martes, 12 de enero de 2016






No puedo olvidar tu piel,
tu hermosa piel
no puedo.
Tu tesón para fortalecerme
y aun tus palabras temerosas.

Pero era yo quien más temía
sin comprender por qué
amándote tanto,
parecía huir.

Fuiste lo único que amé
y también lo único a que renuncié amando.

Gracias por traerme hasta aquí,
acaso desmembrado.

Ahora solo busquemos
busquemos algún lugar para despedirnos...

.



Imagen prestada de: http://images.artelista.com/

viernes, 11 de diciembre de 2015






Me señalaste tú una vez
cuando caminaba solo por la calle
Me señalaste y dijiste ven
quiéreme, seré tus manos y tus ojos
Me señalaste una vez 
y mírame ahora
Intentando señalar a una mujer
que no le tema 
como tú en mí
a mi mirada.


Imagen: OwnSkin

lunes, 7 de diciembre de 2015








Quiero deshacer los cambios realizados

borrar aquellas letras mal tipeadas

guardar tan solo mi mirada tierna

en el cuaderno de tu espalda.





Imagen: https://porvenirc.wordpress.com/2014/05/22/gramatica-elemental-clase-1/

lunes, 23 de noviembre de 2015

Quiero ir allí
donde dicen que habita la flor del caramelo
donde dicen que el amor es ermitaño 
y se esconde de hombres como yo.

Quiero ir allí 
donde las Águilas se desviven por las águilas
Donde las manos se entrelazan 
sin jamás quitarse libertades.

viernes, 13 de noviembre de 2015

​​
No adivines...

No es un tambor ni un temblor
eso que escuchas con tanto ímpetu.
Como esos chasquidos de los dedos
como ese tic tac de un reloj antiguo
no es nada de eso.
Es algo que sentiste estando juntos
Recuerdas?
No, no, qué vas a recordar
lo que yo he sentido estando a solas.
Cómo habrías de saber del ahogo de mi llanto.
No, no, no es un chasquido
ni es un tic tac.
Es el sonido de mis venas que te sienten
es mi piel y son mis ojos al pensarte
es mi lengua deseosa de lamerte,
mi ser completo, corazón 
mi vida que te quiere cerca
mi boca que solo ansía la tuya.

lunes, 2 de noviembre de 2015

De verte irte cada día en esas palabras que te alejaban de mí, 
he muerto de escribirte, odiado no hacerlo y querido a la vez. 
Me has enseñado, mujer, 
a quererte desde el profundo odio de estar solo 
y a culparme desde el ocaso de una luna que me encontraba por las noches 
mirándote en el cielo oscuro del balcón de mi habitación. 
Pasabas lenta en mi mirarte como queriendo verme sin verme apenas, 
y yo lanzando un guiño de dolor.
He querido mil veces que estés aquí, 
pero no era solo eso 
sino un fugaz incendio de mis manos incontrolables de no sentirte.

He apagado con alcohol mis horas de soledad para no pensarte 
y he fugado a las playas de ese mar inmenso deseoso de tragarme para no ser yo.
Cuándo has de venir, decía yo, 
y lo incontrolable de mis pasos me ha llevado siempre 
hasta el barranco de mis ojos que caía como cataratas insalubres mintiéndome a mí mismo.
No soy yo, eres tú; 
y tú haces tu vida fingiendo que yo he sido solamente un roce en tu mejilla. 

Qué haré ahora que mis manos me exigen burilarte como antaño yo soñaba. 
Qué haré, 
oh Dios, 
para arrancarte mi pecado y permitirme ser feliz entre las nubes de otro sol.
Acaso, me pregunto, 
debo carecer de cielos para que me veas y me sientas soso, en tu piel?

A solas olvido que he gemido de amarte 
para guarecerme en el recóndito refugio de un recuerdo 
que ya quisiera dejar atrás imaginándome en otras manos. 

Ya no quiero ser yo, 
eso dije y he virado hacia el sur de tus dedos 
escapando de ese aroma que te cubre y se nutre de esperanza.
Ya no, ya no, grítole al silencio lúgubre de mi alma entristecida. 
Me pierdo en esa espera que me aturde de estar lejos 
y me encuentro a cada instante a solas, 
cantándole a la infancia de una niña que me sueña desde el inicio de su llanto. 
Cuánto he de morir para vivir en esa vida que mis ojos miran desde muy distante 
y le ruegan a los vientos que me arrastre a llagas a encontrarme en esa fruta abierta para mí.

Cómo saber si con solo lluvia 
pudieran borrarse los años que uno lleva encima para reponer al silencio, 
silencio de mis gritos desesperados en los que me ha quedado mudo el corazón, 
y mudo el espacio dedicado a expresar muchas horas de candor. 

Estoy aquí, pero no estoy. 
O quizá me fui hace muchos años 
y vivo atormentando a quien me mira, 
sabiendo que camino a pasos lerdos pero transito lleno de vacío y con ardor.
Tú no me quisiste, 
y ahora que me dices que me amabas, 
yo he querido arañarme el pecho para no sentir el tiempo en las entrañas 
horadándome los kilómetros de arterias que alimentan mi cuerpo 
transido de un veneno inentendido, corajudo 
y de un inmenso dolor...
Ya te respondí, escuché y leí por dos veces, retumbando en mis oídos y fue claramente una remembranza a ese "me interesa el otro chico, sabes?" que mató un amor juvenil que no pensé acabaría nunca. Las cosas que suceden en la vida te marcan de alguna forma, verdad? 
Sobre todo cuando es un dolor indescriptible el que se siente al tan solo escucharlo o suceder por segundos. Lo tenebroso de todo este asunto es que no se puede reparar el daño hecho. El que haces o te hacen va por igual, irreparable en todo sentido. 

Y, ahora?
Tengo, como nunca antes, todo listo; 
el tiempo y ese deseo incontrolable de querer hacer dulce lo que toco.
Una gruesa astilla me araña el pecho y nada puedo hacer. 
Un sentimiento de incredulidad me carcome la mirada 
y mi cerebro palpita cada segundo que te piensa
y cada segundo que no estás.